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24 de septiembre de 2017

Tú también puedes. Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud

Tú también puedes Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud


Las páginas que estás a punto de leer y que yo acabo de escribir no pretenden ser un
libro de autoayuda. Ni siquiera puedo soñar con salvar a nadie que lo lea. Desde que
conté públicamente mi historia, mi batalla contra la obesidad después de dar a luz, se
han puesto en contacto conmigo centenares de personas. La mayoría para lanzarme un
SOS desesperado a través de las redes sociales. Desde el 1 de junio de 2016, día en
que la revista Semana tituló en portada: «He perdido 50 kilos en un año», mi vida no ha
vuelto a ser la misma. No solo por mi proyección mediática, que pegó un subidón
inesperado. Mi vida cambió porque confesar mis problemas con la comida, explicar
cómo ha sido mi eterna guerra contra los kilos de más, me ha convertido en referente
involuntario para las personas que sufren esta grave enfermedad. Y esa es una gran
responsabilidad. Responsabilidad que asumo al escribir este libro. No puedo contestar
a todos los mensajes que me llegan por Twitter, Facebook o Instagram. No puedo
tomarme un café con cada una de las personas que me piden que las motive. Pero sí
puedo vaciarme en estas páginas, sincerarme y hacer un relato fiel de lo que he vivido.
Han sido muchos meses de lucha. No ha sido un camino de rosas. Aun así, las
espinas que me he encontrado no han podido con mis ganas de recuperar la salud.
Ningún mal día, ningún bajón, ningún bache, que desde luego los ha habido a lo largo
de todo el proceso, han conseguido vencer a mi fuerza de voluntad, que se ha ido
alimentando gracias a los resultados que iba consiguiendo. No he estado sola. He
contado con muchísima ayuda: la de familia, amigos, doctoras, entrenadora personal,
fisioterapeuta, esteticista..., todos han hecho su labor, una gran labor de equipo. Sin
embargo, perder más de 60 kilos sin pasar por el quirófano, rebajar en más de siete
niveles la peligrosísima grasa visceral, pasar de una talla 60 a una 44 y reducir más de
50 centímetros de abdomen no se logra únicamente gracias a los apoyos externos. No
solo se trata de dieta y ejercicio. Los sacrificios y las renuncias por una buena causa, la
mejor de todas —tu salud—, solamente se superan con la fe: la fe en uno mismo, la
fuerza que te da creer que otra vida es posible. Pero nadie regala nada. Ni la fuerza de
voluntad se puede comprar con dinero. Por eso no pienso permitir que nadie le reste
méritos a mi victoria. Sí, sé que no debo confiarme. Que no puedo bajar la guardia. Que
más duro será mantenerse. A pesar de todo lo he conseguido. Y tú también puedes
lograrlo.

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